1- Led Zeppelin IV (1971): 23 millones. Definió el camino del hard rock y el heavy metal, a partir del folk, el blues, el rock and roll e incluso la psicodelia incrustados en cada surco. Tiene portentos como "Black Dog", "Misty Mountain Hope", "When the levee breaks" y "Rock And Roll", pero bastaba con "Stairway to heaven" -la canción más tocada en las radios norteamericanas- para justificar las cifras de ventas.
2- "Back in Black" (AC/DC): 23 millones. Disco lanzado en 1980 que allanó el camino para que el grupo conquistase el hasta entonces evasivo mercado norteamericano. "Back in Black" y "Have a Drink" son especies de tributos a Bon Scott, pero el resto del material lleva el sello de la estridencia vocal de un Brian Johnson que logró encajar a la perfección en la brutal maquinaria de los hermanos Young.
3 - "Appetite for Destruction" (Guns N'Roses): 18 millones. Desde la irrupción de Van Halen no se había visto un cocktail de caracteres tan carismáticos que acentuaran los clichés de la época. McKagan y su empuje punk fecundaron "Paradise City", mientras que Slash y Axl Rose esculpieron "Welcome to the Jungle" y "Rocket Queen" a su antojo. Stradlin tuvo el mérito de ser el co-autor de todas las canciones del disco, en tanto que el díscolo Steven Adler, fue dueño absoluto de las baquetas hasta que su expulsión del grupo.
4 - "Physical Graffiti" (Led Zeppelin): 16 millones. Disco ambicioso por la extensión de sus canciones y su amplitud sónica que aglutina rudas sesiones de rock and roll, folk, funk-metal, rock progresivo y hasta un pop mareante como "Down by the seaside". Destaca por encima de las demás "Kashmir", una pieza colosal concebida por Page y Plant en Marruecos. Se trata del primer álbum doble que permitió a la banda experimentar con temas de largo aliento y que le permitió alcanzar su punto más alto de creatividad.
5 - "Metallica (Black Album)": 15 millones. "Todo el mundo tiene un álbum donde todo se une", así calificó el baterista de la banda Lars Ulrich a este disco publicado en 1991. En esta placa el grupo supo extraer las luces y sombras de sus anteriores cuatro álbumes para crear un material rico en canciones concisas y de no tan complejas estructuras, donde abundan riffs de brutal efectividad y una batería manejada por un Lars, quizás, en su mejor momento. Hammet y Newsted fueron pilares fundamentales en su consecución, pero la ovación final se la lleva Hetfield; su voz aterradora pero elegante, su guitarra demoledora y la elocuencia de sus letras dan fe de ello.
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